jueves, 23 de julio de 2015

LA EXPERIENCIA DEL CREYENTE

"...Literalmente el creyente se sirve de la carne...Dios permite que esa carne caiga, se debilite e incluso peque, para que pueda comprender si hay o no algo de bueno en la carne. Esto acostumbra a ocurrirle al que piensa que está progresando espiritualmente. El Señor le pone a prueba para que se conozca a sí mismo. A menudo el Señor revela su santidad de tal modo que el creyente no puede más que considerar contaminada su carne. En ocasiones, el Señor consiente que Satanás le ataque para que a través del sufrimiento se de cuenta de su condición. Es una lección difícil en extremo y no se aprende de la noche a la mañana. Solo después de muchos años uno llega de forma gradual a comprender lo poco de fiar que es su carne..."

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