jueves, 23 de julio de 2015

LA CARNE MERECE LA MUERTE

El ser crucificado con Cristo significa aceptar la maldición que aceptó nuestro Señor...Su cuerpo colgó en el madero, lo que significa ser maldito de Dios (Dt 21:23). Como consecuencia, el que la carne sea crucificada con el Señor implica simplemente el ser maldito por el Señor. Tal como hemos de recibir la obra consumada de Cristo en la cruz, así también hemos de entrar en la comunión de la cruz. El creyente debe reconocer que su carne no merece otra cosa que la maldición de la muerte. Su comunión práctica con la cruz comienza después de que ve la carne tal como Dios la ve. Antes que el Espíritu Santo pueda hacerse cargo plenamente de una persona, debe haber una entrega completa de la carne a la cruz...{W. Nee}

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